Charles Baudelaire – El sabor de la nada

Mi alma amó en otro tiempo la lucha encarnecida.
La esperanza, que antaño espoleaba su ansia,
ya no atiza sus fuegos. Sin pudor ni arrogancia,
hoy se acuesta cansada, como una bestia herida.

Resígnate, alma, y duerme tu sueño, embrutecida.

¡Alma vencida y rota! Para tu vieja errancia
ni el amor ni la lucha son cosa apetecida.
¡Adiós, pues, flauta y cobres! Mi alma ensombrecida
y triste ya no entiende las dichas de su infancia.

¡El abril adorable perdió ya su fragancia!

Traga el Tiempo -minuto por minuto- mi vida,
como absorbe la nieve un cuerpo en su sustancia.
Viendo la redondez del globo a la distancia,
ya ni siquiera aspiro a hallar una guarida.
¡Avalancha, avalancha, llévame en tu caída!
Traducción: Andrés Holguín


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