Gaspar Noé – Seul contre tous (Solo contra todos)

[…]
Pero sentirse solo no significa nada.
Puedes vivir con un tipo o una mina…
Inclusive con tus hijos y sentirte solo.
Yo estoy solo. Y ella también.
Vivimos, nacemos, morimos solos.
Solos, siempre solos.
Y hasta cuando cogemos estamos solos.
Solos con nuestra carne, con nuestra vida…
…que es como un túnel, imposible de compartir.
Y cuando más viejos, más solos estamos…
…frente a recuerdos de una vida
que se destruyó lentamente.

[…]

Es raro, cada vez que me gusta alguien,
lo arruino todo…
Aún cuando me desea. Como ésta.
Siento que le gusto.
Debe tener novio. Siempre tienen
uno escondido en el placard.

La vida es como un túnel.
Y a cada uno su pequeño túnel.
Pero al final del túnel,
ni siquiera hay una lucecita.
Así es, no hay nada.
Hasta la memoria se descompone…
…hacia el final. Los viejos lo saben bien.
Una pequeña vida, pequeños ahorros,…
…pequeña jubilación…
y luego una pequeña tumba.
Y todo eso para nada.

[…]

Jacques Prevert – Intento de descripción de una cena de mascarones en París de Francia

Afuera es primavera, hay animales, flores, en el bosque de Clamart se escuchan los gritos de los niños que se divierten; es primavera: hace calor. Enamorados, los fósforos de madera se regodean al ser frotados en el cerillero; es primavera, acné de colegiales, y he allí a la hija del sultán y al domador de mandrágoras, he allí los pelícanos, las flores en los balcones, he allí las regaderas, estamos en la estación más bella del año.
El sol brilla para todo el mundo, no brilla en las prisiones, no brilla para los que trabajan en las minas, los que descaman el pescado.

Los que comen carne podrida.

Los que fabrican horquillas para el pelo.

Los que soplan las botellas que otros beberán.

Los que pasan las vacaciones en las fábricas.

Los que ordeñan las vacas y no beben la leche.

Los que no son anestesiados en el consultorio del dentista.

Los que fabrican en los sótanos las lapiceras con las que otros escribirán al aire libre que todo marcha a las mil maravillas.

Los que tienen demasiado que decir para poder decirlo.

Los que tienen trabajo.

Los que no lo tienen.

Los que lo buscan.

Los que no lo buscan.

Los que dan de beber a los caballos.

Los que tienen casi semanalmente su pan de cada día.

Los que en invierno se cobijan en las iglesias.

Los que el sacristán manda a cobijarse a la calle.

Los que se estancan.

Los que querrían comer para vivir.

Los que son comprometidos, los que son despedidos, los que son ascendidos, los que son disminuidos, los que son manoseados, los que son investigados, los que son apaleados.

Los que son prontuariados.

Los que se eligen al azar y son fusilados.

Los que no saben comportarse en ningún lugar del mundo.

Los que jamás vieron el mar.

Los que huelen a lino porque trabajan el lino.

Los que no tienen agua corriente.

Los que envejecen más rápidamente que los otros.

Los que se mueren de aburrimiento los domingos por la tarde.

Porque ven llegar el lunes,

Y el martes y el miércoles y el jueves y el viernes,

Y el sábado.

Y la tarde del domingo.