Wim Wenders – Paris, Texas (1984)

[…]
— Yo te dedicaba grandes discursos, cuando te fuiste.
   Te hablaba todo el tiempo, aunque estuviese sola.
   Me pasé meses hablando contigo.
   Y ahora no sé qué decir.
   Era más fácil cuando sólo te imaginaba.
   Me imaginaba tus respuestas.
   Teníamos grandes charlas…, los dos.
   Era como si estuvieses ahí.
   Te podía ver, oír, oler. Oía tu voz.
   A veces me despertaba tu voz, en medio de la noche,
   como si hubieses estado al lado.
   Entonces…, se iba lentamente.
   Ya no te podía ver.
   Intentaba hablarte alto, como antes, pero ya no    había nada.
   No te podía oír.
   Entonces…, desistí.
   Todo se detuvo.
   Tú…, habías desaparecido.
   Ahora trabajo aquí, y siempre oigo tu voz.
   Todos los hombres tienen tu voz.
[…]
ParisTexas

Deja un comentario