[…]
– Ya no sé que pensar… ¿Habré estado durmiendo mientras los otros sufrían? ¿Estaré durmiendo en este momento? ¿Qué diré mañana, cuando crea despertar, de este día? ¿Que he esperado a Godot, en este lugar, con mi amigo, hasta la caída de la noche? ¿Que ha pasado Pozzo, con su porteador, y que nos ha hablado? Sin duda. Pero, en todo esto, ¿Qué habrá de cierto?… (Mira a su amigo que se ha quedado dormido) Él no sabrá nada. Hablará de los golpes recibidos y yo le daré una zanahoria. […] El aire está lleno de nuestros gritos, pero la costumbre nos acalla… (Mira a su amigo) A mí también me mira otro, diciéndose: “Duerme y no sabe que duerme”… No puedo continuar… ¿Qué he dicho?
[…]