Wong Kar-Wai – In the Mood for Love

[…]

– ¡Qué coincidencia!
– ¿Sale?
– Voy por tallarines, estoy hambriento.
¿Quiere comer conmigo?
– No, gracias.
– ¿Viene de la oficina? Debe tener mucho trabajo.
– He ido al cine.
– ¿Sí? ¿Qué tal?
– Así así…
– Antes me gustaba ir al cine.
– Tenía usted. muchas aficiones.
– Si estás solo, puedes hacer muchas cosas.
Todo cambia cuando te casas.
Las decisiones se toman a dos…¿ Verdad?
A veces me pregunto qué sería si no me hubiese casado.
¿Nunca lo ha pensado?
– Quizá más feliz…
No sabía que el matrimonio fuera tan complicado…
Cuando eres soltero, sólo dependes de ti mismo.
Cuando te casas, no puedes pensar sólo en ti.
– No le dé tantas vueltas, quizá vuelva pronto.

[…]

Alberto Lecchi – Nueces para el amor

[…]
– Y me quedé parada ahí, quieta, sin permitirme nada…
Y es que la lucha continuaba y mas fuerte que nunca.
Horacio era eso, una mezcla de militancia y romance.
¿Por qué romance y no amor?
Bueno, la verdad es que siempre me costo llamar al amor por su nombre;
a las cosas jodidas no. la guerra es guerra, la muerte es muerte, el dolor es dolor
pero nombrar al amor me cuesta.
Cuando supe que Horacio volvía se me fue toda la seguridad a la mierda,
porque la derrota no existía, pero la lucha era jodida
y yo no tenia ningún derecho a involucrar a Marcelo
nada mas que porque él pensaba que me amaba…
En ese entonces creíamos que el único resultado que nos cabía era la victoria;
si estaba dispuesta a dar la vida, cómo no iba a estar dispuesta a renunciar
a lo que podía ser apenas una calentura.
No podía tomar otra decisión.
Así que me quedé parada ahí, en el anden, mirando como el tren se alejaba;
Igual que un mes mas tarde cuando Horacio después de haber recibido una citación
volvió al sur…

Mi vida parece ser eso, un tren que se aleja llevándose lo que es mío
y yo mirando como se aleja impotente, incapaz de correrlo,
de detenerlo, de cambiarle el rumbo.
[…]

Bertolt Brecht – Preguntas

¡Escríbeme qué llevas puesto! ¿Es cálido?
¡Escríbeme en qué duermes! ¿Es también blando?
¡Escríbeme qué aspecto tienes! ¿Sigue siendo el mismo?
¡Escríbeme qué echas de menos! ¿Mi brazo?
¡Escríbeme cómo te va! ¿Te respetan?
¡Escríbeme qué andan haciendo! ¿Tienes bastante valor?
¡Escríbeme qué haces tú! ¿Sigue siendo bueno?
¡Escríbeme en qué piensas! ¿En mí?
¡La verdad es que sólo tengo preguntas para ti!
¡Y espero con ansiedad la respuesta!
Cuando tú estás cansada, nada puedo llevarte.
Si pasas hambre, no puedo darte de comer.
Así que estoy como fuera del mundo,
perdido, como si te hubiese olvidado