— Antes…
cuando alguien tenía un secreto que no quería compartir,
subía a una montaña,
buscaba un árbol y excavaba un agujero en él,
y susurraba el secreto en el agujero.
Después lo tapaba con barro,
de ese modo, nadie podría descubrirlo nunca.
Una vez me enamoré de alguien.
Después de un tiempo, se marchó.
Se fue a 2046.
Pensé que me esperaría allí,
pero no pude encontrarla.
No puedo dejar de preguntarme si me amaba o no.
Nunca lo averigüé.
Quizás su respuesta era como un secreto…
que nadie conocería.
[…]